Situación mundial contemporánea


Dada la sobre explotación del guayacán real a lo largo de cinco siglos, desde el año  1975, el  guayacán real se encuentra incluido -en forma efectiva- dentro del apéndice II del CITES  (http://www.cites.org/esp/).

CITES son las siglas en inglés para “Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora”, que en español viene siendo: “Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres”.

El CITES es un acuerdo internacional entre gobiernos, cuyo propósito es asegurar que el comercio internacional de flora y fauna silvestre no arriesgue su supervivencia.

Esta clasificación (Apéndice II) cataloga al guayacán real -guaiacum sanctum- como una especie en riesgo potencial de extinción.  Como resultado de lo anterior, la comercialización internacional del guayacán real está regulada y controlada, y, requiere que su proveedor cuente con la debida certificación emitida por CITES, la cual se otorga bajo determinadas condiciones, siendo así que el  CITES lleva un control y estadística de su comercialización.

En CITES, las especies están clasificadas en tres apéndices: I, II, y III, dependiendo del nivel de riesgo de extinción que estén corriendo.   El hecho de que el guayacán real se encuentre incluido en el Apéndice II significa que este organismo considera que esta especie no está actualmente en riesgo de extinción (ya que de ser así correspondería clasificarla dentro del Apéndice I), pero, que puede adquirir esta categoría a menos que la comercialización sea estrechamente controlada, que es lo que se pretende al incluirla dentro del Apéndice II.

En 1998, el gobierno de  los Estados Unidos de América presentó al CITES una propuesta para trasladar al guayacán real -guaiacum sanctum- del Apéndice II al Apéndice I, argumentando la escasa cantidad de especímenes remanentes.   La aceptación de esta propuesta hubiese implicado, para efectos prácticos, el fin de la comercialización internacional del guayacán real.

A raíz de esta propuesta, en el año 2003  se inició un estudio en torno a la población remanente del guaiacum sanctum, el cual contó con el apoyo y soporte de  los gobiernos de Alemania, Estados Unidos de América y México.  Este estudio determinó que  la población y regeneración natural de guayacanes reales, en el estado de Campeche, México, es abundante, y, que el ritmo actual de tala no representaba riesgo alguno para la especie.  Como consecuencia de los resultados de este estudio,  en la XV reunión del Comité de Plantas, de CITES, celebrada en Ginebra, Suiza, en mayo del 2005, se concluyó que:

“Los resultados de este estudio nos conducen a concluir que la especie está ampliamente distribuida en el sur-este de México, con las poblaciones más abundantes localizadas en los Estados de Campeche y Quintana Roo, encontrándose también en Oaxaca y Chiapas.  Estos descubrimientos confirman que la especie no está en riesgo de extinción y que es correcto mantenerla en el Apéndice II a fin de asegurar  que su uso y comercio internacional no la coloquen en riesgo”.

Algunos otros países también manifestaron su oposición a dicha reclasificación señalando el bajo nivel de comercialización que actualmente desarrollan.

Resulta muy grato conocer que la situación del guayacán real en México es tan positiva.  Lamentablemente, este no es el caso de muchas otras y extensas regiones, donde, por siglos, el guayacán real fue depredado hasta desaparecerlo,  o al menos, llevarlo al borde de la extinción, dejando su población drástica y críticamente disminuida, sobre todo con ausencia de ejemplares adultos, de grandes dimensiones; situación que se tardará varios siglos en revertir, si es que algún día se logra, dada la lentísima tasa de crecimiento del guayacán real.

Como resultado de esta realidad, países como Costa Rica y el Salvador, así como el Estado de la Florida (EEUU) , lo han decretado oficialmente como especie amenazada, o incluso, en peligro de extinción, procediendo a implementar los mecanismos legales de protección que corresponden.

La International Union for the Conservation of Nature (IUCN) también tiene al guayacán real clasificado como especie amenazada, siguiendo a esta categoría las de críticamente amenazada, extinguida en su hábitat natural, y, extinta.